Cuentan que había una mujer que caminaba en la noche, con su delgada sombra, hecha de misterios y de adioses, perdida en el silencio.Un día de pronto yo la vi y me recordo a alguien y sin pensarlo corri a buscar a aquella mujer de la noche. La encontre sentada en el parque, mirando caer la lluvia. Al escucharle hablar adivine de quien era esa voz que jugaba a esconder entre el barro.
Como un niño perdido en mis recuerdos, le pregunte que destino la puso así y ella me respondió.-¡Hijo!- Nadie me aguardaba, nadie me esperaba al regresar a casa.
Pero todos los días sonría al llegar a aquella escuelita de ladrillos rojos y pintura acabada como mi juventud.
Mientrás la escuchaba hablar pensaba en todo lo que ella decia.
-¡Esta fue mi maestra, la dulce y triste sonrisa, mi maestra que convertía la verdad en melodía, aquella que daba el beso sin haberse ido, mi vieja maestra!.
Ese día me acorde de sus cuentos de pájaros y flores.
Le di un abrazo a mi vieja maestra y le ofreci mi sweter, no sabía que sería la última vez. Esa noche no pude dormir bien, pensaba en mi maestra amorosa, soñadora, poetica.
Al día siguiente como todos los días antes de ir a mis clases, fui a comprar el periódico, lo primero que vi fue la noticia "Muere vagabunda" y una vieja fotografía me la mostró.
Ese día no fui directamente a clases, arranque una rosa no se de que jardín y me fui al cementerio, busque la tumba, un enterrador me pregunto._¿Era familia suya? y yo le respondí -¡Si, fue mi madre!, el señor me dijo que lo sentia y se marchó.No se cuanto llore, nunca le dije cuanto la quise, solo se que nunca olvidare a mi vieja maestra.
Y cuentan que en una tumba de un cementerio sin nombre la única prueba de amor, es una flor que es colocada todos los días por alguien desconocido.
Este cuento es un canto dedicado a aquellos maestros que dejamos atras y que quizas no recordemos, olvidando que ellos son tan humanos como nosotros. También va dedicado a mi.
(Cuento inedito)
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